En esta época de mi vida, en la que me está tocando pasar por múltiples circunstancias complicadas, está siendo cada vez más necesario que ponga mucho, mucho esfuerzo en tomar mis decisiones de la manera más acertada.
Esto no significa necesariamente que los resultados sean siempre los que busco según mis objetivos, pero sí que las decisiones que tome estén basadas en un análisis adecuado de la información de que dispongo y que los objetivos a conseguir estén bien definidos y sean lo que yo realmente quiero.
Además de poner un mayor esfuerzo en decidir adecuadamente, me viene muy bien recurrir a un instrumento que ya me ha ayudado en ocasiones anteriores en mi vida. Se trata, para mi, casi de una pequeña «biblia» en este ámbito. Un pequeño libro que descubrí hace ya unos años y que me ha acompañado en muchos momentos difíciles en el pasado.
Se trata del libro titulado Iceberg a la vista | Principios para tomar decisiones sin hundirse. Está escrito por dos personas que he tenido el placer de conocer en persona, Pablo Maella y Miguel Ángel Ariño, ambos profesores en el IESE Business School.
Aunque ya lo he leído unas cuatro veces, ya ni me acuerdo, nunca está de más recordar los principios básicos que, si no se ejercitan con regularidad, es fácil que no se les preste la atención debida. Muchos de los principios que se describen y los ejemplos que los sustentan son, en ocasiones, tremendamente obvios y parece mentira que no nos demos cuenta de esas cuestiones de manera natural… Pero así es. Menos mal que existen personas con la iniciativa de recordarlos e instrumentos que nos ayudan a consolidarlos y a ponerlos en práctica.
Vamos allá!!! Ya tengo nuevo compañero para mi mesilla de noche durante los próximos días!!!